Me llama la
atención cuando indica que “muchas veces somos más conscientes de la
importancia de las cosas cuando sabemos de dónde vienen”, ya que a nivel
educativo nos limitamos sólo a impartir contenidos (eximiendo a estos últimos
de todo el desarrollo histórico que les precede) y a esperar productos, dejando
a un lado muchas veces la idea de que el sujeto para quien va destinado los
procesos de enseñanza –aprendizaje son los educandos; de hecho en relación a
esto último me gustaría acotar (no sólo estudiante que sido desde primaria
hasta la universidad, sino como ser humano) que gran parte de las “cosas” que
valoro proceden de dos fuentes: (1) cuando siento la necesidad de informarme
acerca de algo que es de mi interés; (2) por la dedicación y amor que ponen las
personas que me hacen llegar un determinado conocimiento, más aún si se aprecia
que estas están convencidas de lo que están diciendo, y se evidencia en sus
obras. Esto lo comento porque me gustaría fortalecer estos aspectos en mis
clases de Matemática, para captar la atención de los estudiantes.
Por otro lado,
me parece importante destacar que la reminiscencia entorno al “trascurrir del
tiempo” para la conformación del bagaje matemático con el que contamos
actualmente, pues muchas veces como docentes pretendemos que los alumnos
asimilen contenidos que, a muchas civilizaciones, se les llevó años
descubrirlos e irlos depurando de acuerdo con sus contexto histórico; aunque,
aquí también es importante destacar que, todos estos grupos culturales
estudiados a lo largo de este segundo tema del curso, nos muestran valores como
la perseverancia y la unidad, dos valores que están perdidos actualmente,
debido a la incorporación de las culturas de muerte, donde prevalece el
individualismo.
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